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EL aprendizaje como meta

Hola a todos!! Os dejo unas reflexiones de Jose Luis, un gran profesional, alumno y amigo, sobre lo importante del aprendizaje y lo importante de permitir que uno aprenda. Un camino sin fin, un fin como medio. Espero que os haga, al menos, pensar.

«Llegar a ser experto en una materia es un desafío de vida.
Algunos dicen que para poder decir que se domina algo en la vida hay que dedicar, al menos, 10.000 horas de formación a esa actividad. Sin embargo, mi experiencia como profesional en algunos campos y como aprendiz de muchas cosas en la vida, me dice que la verdadera esencia del conocimiento se encuentra en el continuo proceso de aprendizaje.
Entender que el aprendizaje, la formación permanente y el estudio continuo de las cosas es lo que nos hace evolucionar hacia la perfección es vital para nuestro desarrollo como profesionales y personas. El edificio del aprendizaje se cimenta sobre tres pilares fundamentales: los conocimientos técnicos (el saber), las habilidades (el saber hacer) y las actitudes (el saber ser). La perfecta combinación de estos 3 elementos, hacen que el alumno pueda evolucionar hacia cotas más altas de experiencia. Y es en este contexto donde la figura del “profesor”, del “maestro” se convierte en un elemento esencial. El profesor como difusor de los conocimientos. El profesor como coacher en las habilidades. El profesor como ejemplo en las actitudes.
Mi tardía llegada al Aikido (tengo 44 años) me ha confirmado en esta teoría que, tantas y tantas veces, he aplicado en otros campos de mi vida como Directivo de una Escuela de Negocio. Aspirar a poder dominar el arte, supone, necesariamente, interiorizar que debemos estar en un proceso continuo de aprendizaje. La meta no son los cinturones. No son los exámenes. No es vestir el “hakama”. La meta es el propio proceso. Lo otro es una consecuencia. Por ello, creo que debemos abordar el aprendizaje del Aikido desde esta perspectiva.
También debemos abordar el aprendizaje del Aikido desde la visión de que el “maestro” es nuestro conductor, nuestra guía. Desde sus enseñanzas, tenemos que evolucionar desde el esfuerzo, el entrenamiento continuo y, sobre todo, desde una actitud de humildad que nos permita crecer. Esta actitud de humildad, unida al respeto por el arte, al respeto por nuestros compañeros y al respecto hacia nosotros mismos, es lo que nos permitirá ir a más. No sólo debemos dejarnos corregir. Debemos “querer” ser corregidos.
No estamos aprendiendo una actividad deportiva. Estamos aprendiendo un “arte”. Debo decir, que he encontrado en ello, lo que hacía tanto tiempo estaba buscando. También debo decir, que he encontrado en los maestros Antonio y Marcos Peña, dos verdaderos “Maestros”. Y por lo tanto, estoy seguro de estar en el sitio adecuado. Lo que lamento es no haberlo descubierto antes, pero nunca es tarde (aunque la edad no perdona en algunas caídas).
En su momento dediqué muchos años de mi vida al estudio de una determinada materia para conseguir mi doctorado. Para muchas personas soy un experto, pero yo sé que apenas sé nada y que sigo aprendiendo. Creo que ese es el espíritu. »

Jose Luis casado
Director Sevilla
ESIC BUSINESS&MARKETING SCHOOL

4 comentarios

  1. Marcos Peña

    Estas palabras me hacen pensar en esos sujetos que con 5 o 6 años, incluso con menos años de práctica ya quieren ser profesores o, mas aún, Maestros. Este, sin duda, se reptará hacia sus acólitos de bar y de desayuno, por supuesto, como si de una secta se tratara, para convencerles de que él es ahora el Guru, y que tiene un nuevo poder. Este nuevo guru sibilino, no ahorrará fuerzas en intentar convencer a sus mas allegados de bar y de wasap para que le sigan y así convertirlos en tenientes del nuevo «orden» creado, aunque esa orden sea de chiste y pandereta. Lo imporante es sentirse Maestro y Guru, cabeza de ratón, vamos….

    Que dificil !!!; es encontrar la humildad suficiente para abrir la mente y estar siempre receptivo. Pero a diferencia de otros sectores del conocimiento, las artes marciales son eminentemente prácticas y demostrativas. Eres lo que eres capaz de hacer, punto. No hay mas. Que nadie os engañe!!

    En las artes marciales no hay mentiras, si las hay es porque el que las recibe las acepta. Es muy facil descubrir al impoctor. Si tu practica es hablar, convencer mediante la palabrería y chalanería, no seras mas que un pobre charlatán, y si aquella se reduce en decirle a tu compañero lo que tiene que hacer como uke, porque si no, no eres un buen uke y no «construyes» la técnica y el sentido del aikido, no serás mas que un embustero, que lo que intenta es crear un velo ornado por el grado otorgado por una persona con ojos mongólicos (derivado de los mongoles, que ya me veo la cara del lector…), detras del cual no hay nada mas que una gran inseguridad personal con miedo a encontrarse a alguien que le diga: «voy a atacarte como quiera» a ver si sigues pegado como un velcro.

    No importa tanto lo que se transmita como lo que se reciba y, de ahí, lo que se recepcione, digiera, comprenda y aplique. El aprendizaje no solo como medio sino como fin, queridos amigos…

    Ya se sabe lo que dijo Morihei…….despues de tantos años cuando miro atras…..no veo a nadie….

    • Antonio Peña

      Muchas gracias jose Luis por tu articulo, muy inspirador, no importa la edad, no importa el recipiente, importa lo que se lleva dentro, lo que se tiene, lo que se forja, lo que se trabaja lo que se suda y por lo tanto lo que se experimenta, palabra de la familia de experiencia. la experencia es camino y el camino es recorrido, este conlleva pasos y pasos que en las artes marciales en general se torna en años y años de esfuerzo y comprobación, ya lo decia el gran maestro tamura, soy un estudiante mas, el asombroso maestro hiroshi ikeda, cuando habla de las enseñanzas de su maestrohacia el o el maestro matsuoka con su técnica de otro planeta, con su calidad que desafia la dinamica del movimiento y le oyes decir sigo buscando y perfeccionando, en resumen continuan caminando, yo en mi humilde experiencia despues de 25 años de practica reconozco abiertamente que apenas he empezado, la gran recompensa recorrer el camino, perdersela, ni mas ni menos, pensar que se ha andado algo, cuando no se ha puesto uno ni los zapatos. cuidado con los gurus que hace cuatro dias rehusaban entrenar con intensidad, con compañeros demasiados sinceros o clases donde tenian que demostrar lo que verdaderamente tienen. El camino no pasa por ahí
      Es un honor compartir con personas como tu, en el camino, infinito este, nos encontraremos, abrazos.

  2. Juan Carlos Segovia Sánchez

    En mi primera intervención en este foro, quiero en primer lugar felicitar a José Luis por su magnifico articulo, tras leerlo «causalmente», vine a mi memoria un cuento sufi que a mi modesta opinión sintetiza el el camino que todo artista marcial debe llevar durante toda su vida, que no es otro que un aprendizaje sincero y honesto hasta el final de sus días.
    El cuento trata de como cuando se siembra el bambú japonés, durante los siete primeros años, ante la visión de una persona ignorante e inexperta, su crecimiento no da muestras de que pase nada, la semilla que se planto originalmente parece que se ha plantado en una tierra yerma e infértil, pero interiormente ese cuando el bambú durante este proceso afianza sus racies, y se prepara para que una vez transcurrido el mismo, salga a la superfice y de lo mejor de sí mismo.
    En el siguiente link hay una transcripción del cuento:
    http://www.facebook.com/notes/vivir-no-es-solo-respirar/se-un-bamboo-japones-cuento-sufi/321839611244365
    Y en este link un podscat en audio del mismo cuento:
    http://www.ivoox.com/80-4-cuentos-para-pensar-aprendamos-a-ser-pacientes-audios-mp3_rf_1632631_1.html
    Una pequeña introducción acerca del cuento…
    El bambú japonés
    Imaginemos por unos instantes que somos unos sencillos agricultores japoneses. Una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego.
    Quien cultiva la tierra no se detiene impaciente frente a la semilla sembrada, y grita con todas sus fuerzas: ¡Crece, maldita seas! Hay algo muy curioso que sucede con el bambú y que lo transforma en no apto para impacientes:Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
    Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años. Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo. Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Es cierto muchas veces nos desesperamos y abadonamos sin querer creernos que lo bueno está por llegar.Es tarea difícil convencer al impaciente que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado. De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.Y esto puede ser extremadamente frustrante. En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que en tanto no bajemos los brazos -, ni abandonemos por no “ver” el resultado que esperamos-, si está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando. Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.
    El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación.Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros.Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.Tiempo… Cómo nos cuestan las esperas, qué poco ejercitamos la paciencia en este mundo agitado en el que vivimos…
    Aprendamos a ser pacientes como el bambú japonés. Reconociendo honestamente que durante un tiempo en el que nos vendrán pensamientos derrotistas, observaremos que no avanzamos en el aprendizaje del aikido, pero si lo estamos haciendo interiormente, es durante este tiempo cuando estamos afianzando nuestras raices, y haciendono aliado de la paciencia que es la madre de las ciencias..
    Solo los flexibles de pensamiento pueden adaptarse a las tormentas sin caerse, solo bailar al ritmo del poderoso viento demostrandole que su flexibilidad lo hace invencible.
    Se un Bamboo Japones.. se flexible

  3. Antonio G. Amado

    SHOSHIN es un precioso kanji, que significa «mente de principiante». Esta mente de principiante creo que es un seguro de vida en el camino del Arte, pues nos mantiene siempre abierto a aprender. Ser humilde tampoco es creernos menos de lo que somos, así pues ser conscientes de nuestro nivel y nuestro progreso es bueno y estimulante, pero siempre manteniendo Shoshin.

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