Ayer en una conversación con el Maestro Antonio me vino esta frase a la cabeza. Se trata de una reflexión del filósofo Bernardo de Chartes quien, en referencia a todos los filósofos anteriores a él, escribió «Somos como enanos a los hombros de gigantes. Podemos ver más, y más lejos que ellos, no por alguna distinción física nuestra, sino porque somos levantados por su gran altura«. Esta frase se hizo muy popular al usarla el gran físico Isaac Newton en una carta a su colega y amigo Robert Hooke: «Si he visto más lejos es porque estoy sentado sobre los hombros de gigantes«. De esta forma, el genial físico reconocía que sus avances y hallazgos únicos se debían, en gran parte, a todo el trabajo realizado por los grandes físicos de la historia antes que él.
Así nos sentimos los alumnos en la clase: vemos una extensión incomparable de terreno en el que aprender y desarrollarnos. El horizonte es lejano, casi infinito, y aunque nosotros somos pequeños, los maestros nos suben a sus hombros para que podamos atisbar, muchas veces por el rabillo del ojo y entre bruma, hasta donde puede llevarnos el maravilloso camino del Aikido.
Pero nuestros maestros también caminan a hombros de gigantes. Han destilado las conclusiones y enseñanzas de los grandes maestros del pasado, como ya lo hizo O Sensei creando en el Aikido una síntesis de los conocimientos marciales desarrollados por sus antecesores a lo largo de más de un mileno. Así, nuestros maestros estudian los estilos y enseñanzas de todos los grandes maestros que les han precedido y eso les permite encontrar su propia senda, viendo un horizonte mayor, más lejano, más pleno. Ellos han estudiado el Aikido de los maestros nacionales e internacionales, han profundizado en las sendas de la Tenshin y del Aikido Doshinokai, se han influenciado por maestros como Yamaguchi o Kono, pero practican y desarrollan el Aikido Kisei Dojo. Gigantes a hombros de gigantes.
Hay quien piensa que es un ultraje o un ejercicio de egolatría pensar que se puede desarrollar más allá de lo que los grandes maestros del pasado han construido, pero ¿Acaso no tuvieron ellos mismos sus maestros? ¿No caminaban a su vez a hombros de sus propios gigantes?.
El Aikido es evolución, o no es. El Aikido es mejora continua, o está muerto y congelado en un rictus eterno de imitación de algo que, en realidad, no se comprende.
Por eso hay alumnos de maestros que hacen «el Aikido de Yamaguchi Sensei» y, cuando vienen a nuestra escuela, se sorprenden al encontrar en nuestros maestros la fluidez y relajación propia de Yamaguchi. Matsuoka Sensei, viendo un día al Maestro Antonio, exclamó «¿Donde te sentabas durante las clases de Take Sensei?» (Steven Seagal Shihan). Sensei Novovotich, viendo el trabajo del Maestro Marcos, comentaba «es sin duda el camino correcto».
Se que este tipo de declaraciones no están exentas de polémica, pero por ello quiero matizar que lo que expreso es la sensación que vivimos muchos de los alumnos, y una sensación es lo que es. Como dice el Maestro Marcos, «no se puede explicar el color amarillo», como tampoco se puede discutir. Quizás eso es lo que hace que muchos alumnos de reconocidos maestros internacionales vengan a nuestra escuela y se sorprendan con lo que ven. Hace poco, un visitante de muy lejos nos decía que, tras años de oir a su maestro hablar de la relajación, había tenido que venir a miles de kilómetros de su hogar para poder finalmente ver y entender este concepto. Es otra percepción. La percepción de cada uno es importante, y lo que siente también lo es. Y en este caso no hablamos ya de la percepción de los alumnos de la Kisei, sino de personas que siguen su senda independiente y nos felicitan por el trabajo que pueden disfrutar en nuestra escuela, o rompen a reir por la sorpresa cuando comprueban por si mismos el resultado de la fluidez, la relajación y el ki musubi.
Sin duda, caminar a los hombros de O Sensei es un privilegio por el que debemos sentirnos agradecidos todos los días, y por ello en todas las clases, tras la meditación inicial en la que nos vaciamos de todo lo exterior y nos centramos en nuestro singular viaje por el camino del Aiki, lo primero que hacemos es presentarle nuestros respetos. Y ya que caminamos sobre los hombros de otros gigantes, que son nuestros maestros, lo siguiente que hacemos es saludarles, ansiosos por dar otro paso en el camino.
Este articulo me recuerda a una palabra que tienen los japoneses para definir la mejora continua: Kaizen.
http://www.kirainet.com/kaizen-%E6%94%B9%E5%96%84-mejora-continua/
Los caracteres originales kanji para esta palabra son:
En Japonés se pronuncia ‘kaizen’.
* 改 (‘kai’) KAI significa ‘cambio’ o ‘la acción de enmendar’.
* 善 (‘zen’) ZEN significa ‘bueno’.
En Chino esto se pronuncia ‘gai shan’:
* 改善 (‘gǎi shàn’) significa ‘cambio para mejorar’ o ‘mejora’.
* 改 (‘gǎi’) significa ‘cambio’ o ‘la acción de corregir’.
* 善 (‘shàn’) significa ‘bueno’ o ‘beneficioso’. ‘Beneficioso’ está más relacionado con el Taoísmo o con la filosofía budista, que da la definición de un beneficio común, de la sociedad y no de intereses individuales (p.e. mejora multilateral). En otras palabras, una persona no se puede beneficiar a expensas de otra. El beneficio que concierne a este concepto debe ser sustentable (para siempre), Zen o Shan es un término que refleja un acto realmente altruista, que beneficie a otros.
(Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Kaizen )
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